jueves, 12 de abril de 2012

Sobre la hora le ganamos 1 a 0 a Arsenal y llevamos cuatro mil personas a Floresta. A los quince minutos del primer tiempo, entra a nuestra tribuna La Barra de las Bombas con Carlos Fraticelli en andas revoleando una camiseta de Unión y se suspende el partido.

Hay que ceder la localía, tenemos que regalar la condición de local y jugar todos los partidos de visitantes de acá hasta el final del torneo. Es impresionante lo cómodos que jugamos afuera. Y en nuestra cancha los sufrimos mucho mas a los partidos. Por eso me tranquilizo cuando veo en el fixture que jugamos afuera contra All Boys, esa es una final del mundo, al primer tiro libre para ellos entra a la cancha un camello con Sejo arriba filmando. Hay que viajar si o si pero que ponga otro el auto porque yo ya me cansé de que me dejen olor a culo de nutria negra adentro. En el último viaje a Avellaneda, hasta cáscaras de lupines en la guantera me dejaron. Además en Floresta lo voy a dejar estacionado y va a venir un Gordo y me va a arrancar el capot con sus manos y en el viaje de vuelta vamos a venir por la ruta con todos los engranajes al aire. También me gusta ver que tenemos que ir a Rosario contra un embaladísimo Ñuls, en ese partido van a estar dadas todas las condiciones para que hagamos pata ancha. Cancha llena, todos los rosarinos emputecidos y nuestro plantel va a llegar calladito en 4 remises Express. En los corners en contra vamos a dejar a Rosales y a la Langosta parados en el círculo central y los vamos a aniquilar. Una preciosura también Independiente en Avellaneda, hay que hacerles un gol a los 12 segundos y en el festejo tirar un policía sin piernas contra el techito del banco de suplentes de ellos. Pero me desespero cuando leo los partidos que tenemos de local, recibir a los sanjuaninos va a ser insoportable. Ni hablar de lo que se viene este domingo con el equipo mas puto de todo el mundo, Arsenal de Sarandí. Encima juegan Leguizamón y Adrián Gonzalez para ellos, me acuerdo y me empieza a temblar el pecho. Yo ya les dije que este es el partido mas difícil de todo el año. Lo bueno es que vuelven varios titulares, el Pelado va a estar hecho una furia y cuando saquemos del medio va a salir corriendo y le va a insultar la madre a Alfaro en la cara.
Para el infarto lo que vimos contra Banfield, otra prueba mas de coraje de los gladiadores. Nos tienen que matar dos veces para ganarnos un partido. Cuando el penal de la Joya pegó en el palo se me salió un chorro de caca. Lo llegaba a errar y me iba a tener que ir a dormir a las 8 de la noche. Con mucha personalidad debutó la Tucura Barisone en primera, al margen del gol me gustó como iba a marcar con los codos a la altura de la garganta del rival y siempre anticipando. La Ardillita Cavallaro tuvo una ráfaga de diez minutos en el primer tiempo mas que interesantes. Lo condicionó el silbato de Trucco que nos pegó una bombeada asquerosa en el primer tiempo y después la quiso arreglar en el complemento y terminó haciendo un zafarrancho. Encima ya no se pueden mirar mas por TV los partidos, al menos con sonido. Ese Alejandro Apo hasta negaba corners lógicos a favor nuestro, no se que le pasaba. Yo diría que el día que venga a Santa Fe hay que electrificarle el micrófono para que le pegue unas pataditas en el medio de la transmisión, pero después nunca pasa nada. La gente se olvida como aquella derrota contra Belgrano que no se pudo mirar por los flashes informativos sin sentido sobre el tren en Once, nunca visto en la historia de la televisación de eventos deportivos en nuestro país, y después nadie hizo nada.  
Al término de nuestro partido, puse la pava para unos mates y cuando volví me agarró de sorpresa el partido de los fétidos. Con el control remoto en la mano, levanté la vista para cambiar el canal y vi por primera vez el aspecto de ese Chevantón, ay por favor que cosa inmunda ese tipo ridículo barbado y con una cabeza ayuna de pelos encima. Ese es un auténtico ídolo de Colón, es el prototipo que calza perfecto. Encima festeja los goles tirando piñitas al aire, demasiada estupidez, demasiada en serio, supera todos los límites que puede soportar un ser humano. Como el anuncio que hacen sobre imágenes que pueden herir la sensibilidad de algunas personas, que empiecen a poner en los partidos de los cursientos una advertencia debajo de la pantalla del tipo “el canal no se responsabiliza por la aparición en la pantalla de un barbudo que seguramente provocará nauseas y vómitos en nuestra teleaudiencia”. Si existe una justicia divina, cuando esté festejando arrogantemente un gol con esos ademanes pugilísticos que lo fulmine un rayo en el acto. Que queden solamente los botines y la barba en el césped, la carcajada será universal. Dios nos libre y nos guarde de ese tipo de incorporaciones. Me revuelve las tripas.
Mientras tanto, seguimos avanzando y al torneo cada vez le quedan menos fechas. Perdés un partido y te vas al hoyo, ganás y tocás el cielo con las manos. Así serán los próximos dos meses de nuestras vidas. Pero recuerden lo que dije al inicio porque allí estará la clave del cierre de campeonato, al Tate le encanta la atención a domicilio. Quizás el gran Súper Manuel Corral ya se había dado cuenta de esto cuando le cedió la localía a River para ganarle en Buenos Aires allá por junio de 1975. Cuatro años mas tarde íbamos a lograr el histórico subcampeonato que nos regaló aquel equipo que tenía entre sus filas a Mario Eduardo Alberto que hoy mira todo desde arriba. Ese sí que era un auténtico ídolo de Unión. Esta columna va dedicada para vos y toda tu familia. Te vamos a extrañar Robot.
Qvuelvanlosvisitantes.

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