jueves, 18 de abril de 2013

Lo de la cancha armada con rastis es una astuta artimaña. Síganse riendo, el Chancho mercader importador de baratijas va a gastar toda su fortuna para regalarnos el Nuevo Wembley de barrio Barranquitas. Y el día de su inauguración bajará de un helicóptero culeándose a un maniquí con la careta de Lerche. Delirio en las tribunas.



Esta pequeña licencia que nos tomamos con la columna pasó totalmente desapercibida. Como mucho hemos oído una decena de voces etílicas reclamando el regreso del espacio. Aprovechamos para anunciarles a esos diez forajidos que a partir de hoy la columna saldrá cuando se nos cante el ojete. Veníamos sosteniendo un elogiable ritmo de publicaciones, éramos un relojito suizo. Medíamos el grado de emociones de nuestra parcialidad para que la temporalidad de la columna sea quirúrgica. Las pocas veces que bebimos de las mieles del éxito aprovechábamos los efluvios de las hazañas para darle rienda suelta a nuestro caballo de los delirios. Las reiteradísimas roturas de culo las dejábamos pasar sabiamente para mitigar las ganas de ofrecer cortes en la yugular a dirigentes, cuerpo técnico y jugadores. Ahora estamos en el medio del mar, no vemos ninguna de las dos orillas. Somos un vegetal deportivo. Esta columna también se alimenta de los mensajes que llegan a mi celular, de las excursiones a partidos de visitante y de los correos que recibimos en nuestra oficina corporativa de la webtatengue. Pero el silencio de mi teléfono es sepulcral, viajar se ha convertido en algo quijotesco y en la oficina licenciamos a todas las pasantes y vendimos la PC. El próximo partido lo jugamos un lunes del mes de abril a las 4 de la tarde… proverbial. Chupenme esa zona de los isquiotibiales donde chocan mis pelotas cuando estoy bajo los tres palos y salgo con un repiqueteo dispuesto a todo a atorar al delantero que me encara insolentemente en un mano a mano. Que ni pongan las redes en los arcos, que los lineman dirijan escuchando unos chamamés en sus auriculares, juéguenlo a puertas abiertas y que la gente deje un paquete de polenta y frazadas para los inundados.
Confieso que lo único que me genera entusiasmo es imaginarme nuestra inminente temporada en la B Nacional. Vas a tener que estar a la altura de las circunstancias Vaca Sucia, un segundo ascenso te puede llegar a catapultar como el mas grande hacedor de milagros de la historia de los presidentes que pasaron por Unión. Agarrá papel y lapiz y anotá, bajo los tres palos Gastón el Testículo Losa (actual portero de Almirante Brown 5 goles en su carrera), dupla central con el Ganso Benitez en la cueva y mas adelantado El Pelado en busca de su segundo ascenso y de la llave de la ciudad, por las puntas Britez con la cinta de capitán y el Marinero Cossaro titular indiscutido. En el medio doble cinco con el Carnicero Leiva y Brunita con pelo largo. Abro un paréntesis para recordarles que Brunita ya cosecha entre sus logros un heroico clásico en la cancha de los inmundos y otra victoria épica en la Bombonera. Su primer tiempo en Liniers aquella tarde que Velez dio la vuelta fue técnicamente perfecto. Es hora de que comiencen a respetarlo, sobre todos los inescrupulosos de los dirigentes quienes les tienen que subir un poco el sueldo porque estoy seguro que le están pagando con changuitos llenos de mercadería del Supermercado Bienestar. Galván debe cobrar en libras esterlinas. Recuerdo al término de la primer fecha contra Arsenal cuando el imberbe de Perafán se hizo un gol sobre la hora, estábamos en la esquina de La Capri y el semáforo nos permitió ver los rostros de cada uno de nuestros jugadores que se retiraban del Estadio. Pudimos comprobar cuanto les dolía esos 2 puntos vitales dejados en el camino. Algunos pasaron cagándose de risa, a Brunita parecía que le habían asesinado un familiar, devastado animicamente. Después pasó el Trencito de Leo quien es muy raza puta y nos trenzamos en un ardiente intercambio de insultos. Me cansé de ver aduladores que en su momento se orinaban los pantalones con Vidal y tenían orgasmos cuando en el Nacional B salía a meter un pressing en terreno rival. Y en primera se le desgarró el esfínter y terminó formando parte de esos últimos 4 nefastos empates con los que llegamos a los 50 puntos de la mano de Kudelka y que el día de hoy los estamos llorando (1). A Brunita todavía lo discuten. Cierro paréntesis. Por las puntas dos brasileros de piel negra. Y arriba Lanchita con botines blancos y el Ventrílocuo Bou. Cuando nos toque viajar a Pergamino, paramos en la ruta 188 sobre General Rojo a cocinar unas empanadas en horno de barro, después largamos de plato principal un pechito de cerdo al limón. Putas desnudas bailando descalzas sobre las mesas de hormigón armado. Travestis con remeras de ATILRA jugando al póker debajo de un ombú. De postre servimos un Napoleón de frutillas confitadas maridado con una caja de botellas de vino blanco. Minutos antes de llegar a la cancha paramos en “Juan A. de la Peña” y en un emotivo homenaje a la localidad que vio nacer a Atahualpa Yupanqui, explicamos que su nombre en quechua significaba “El que viene de lejanas tierras para decir algo” mientras nos bajamos una cubana con Pepsi Cola. Cierre del acto cantando todos abrazados “Le tengo rabia al silencio”. Llegamos a la cancha desconociéndonos entre nosotros y peleando body a body con toda la infantería de la provincia de Buenos Aires mientras retumba sobre cada una de las hectáreas sembradas con soja la melodía “DALEDALEEEEDALEEEUNIÓÓÓN, HOYTEVINIIIIIIIIMOOOOALENTAAAARRRR! PARA SER CAMPEOOOOON, HOY HAY QUE GAAAANARRR!” paf! paf! (ruido a balazos de gomas) Pensar que algunos ven al descenso como un fantasma. Por Dios que llegue el día que tengamos que debutar en la B así le ponen un poco de rock and roll a mi vida. Desconéctennos el respirador. Que se empiece a cocinar ya mismo el proyecto ascenso. Recluten a los jugadores que tengan las pelotas de subirse a este barco para ir en busca de lo imposible. Nosotros ya estamos arriba con una voraz sed de revancha y con una cuchilla entre los dientes ya dispuestos a desanclar. 
Qvuelvanlosvisitantes.

(1) En honor a la verdad confieso que yo fui uno de los que flameaba la bandera de la mezquindad con tal de conseguir esos tan preciados 50 puntos. Pecados de juventud. Estábamos cavando la fosa sobre la que hoy descansan nuestros restos.

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